Aos dez anos achava
que o mundo era dos adultos.
Podiam fazer amor, fumar, beber à vontade,
ir aonde quisessem.
Sobretudo, esmagar-nos com seu poder indomável.
Agora sei, por vasta experiência, o lugar comum:
em verdade, não há adultos,
só crianças envelhecidas.
Querem o que não têm:
o brinquedo do outro.
Sentem medo de tudo.
Sempre obedecem a alguém.
Não dispõem de sua existência.
Choram por qualquer coisa.
Mas não são valentes como eram aos dez anos:
fazem-no à noite e em silêncio e sozinhos.
Trad.: Nelson Santander
Niños y adultos
A los diez años creía
que la tierra era de los adultos.
Podían hacer el amor, fumar, beber a su antojo,
ir a donde quisieran.
Sobre todo, aplastarnos con su poder indomable.
Ahora sé por larga experiencia el lugar común:
en realidad no hay adultos,
sólo niños envejecidos.
Quieren lo que no tienen:
el juguete del otro.
Sienten miedo de todo.
Obedecen siempre a alguien.
No disponen de su existencia.
Lloran por cualquier cosa.
Pero no son valientes como lo fueron a los diez años:
lo hacen de noche y en silencio y a solas.