Para Pedro Sevilla
Sempre, frente à dor, estamos sozinhos,
não se quer viver, e tu sabes disso.
Há um instante viste, na penumbra
de um quarto de hospital, a mão hirta,
seu rosto naufragado que o lençol cobriu.
E era como mirar-se em um espelho
e ver que somos menos que essa ausência,
menos que a névoa que o ar entorna.
Já sei; sentes que agora a noite
somente declara sua absurda palavra,
e vês a humilhação, vês o esforço
que foi esta despedida.
Não obstante,
escuta-me: não sofras. Porque sempre
– mesmo nos dia nublados,
ou quando acontece o inevitável, mesmo então –
a resposta é a vida que foge e segue,
nunca a dor nem tuas indagações ao Nada.
Trad.: Nelson Santander
En Memoria
Para Pedro Sevilla
Siempre frente al dolor uno está solo,
no se quiere vivir, y tú lo sabes.
Hace un momento has visto, en la penumbra
de un cuarto de hospital, la mano yerta,
su rostro hundido que cubrió la sábana.
Y era como mirarse en un espejo
y ver que somos menos que esa ausencia,
menos que el humo que despeja el aire.
Ya sé; sientes que ahora únicamente
dice la noche su palabra absurda,
y ves la humillación, ves el esfuerzo
que fue esta despedida.
Sin embargo,
escúchame: no sufras. Porque siempre
– incluso cuando un día pasan nubes,
pasa lo inevitable, incluso entonces —
la respuesta es la vida que huye y sigue,
nunca el dolor ni su pregunta a Nadie.
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