Algo permanece das almas,
como a brisa que surge
depois que alguém passou,
e que faz estremecer
uma leve cortina na janela.
Pelo caminho de pedras ásperas que não esquecem
mas calam, severas, o que sabem,
o vento deixa um silêncio de lágrimas
por vidas como as nossas, perdidas.
“Jazigo perpétuo”, a terra
sempre dura, fileiras de ciprestes:
provinciano teatro da morte.
Nosso amor é como o eles perderam.
Já é de noite. Olhe, do cume
da colina dos mortos, sob o céu negro,
as luzes da cidade:
um navio ancorado no firmamento
esperando-nos para zarpar.
Trad.: Nelson Santander
Joan Margarit – Cementerio de Montjuïc
Algo queda de las ánimas,
como la brisa que surge
después de que alguien ha pasado,
y que hace estremecer
una leve cortina en la ventana.
Por la senda de piedras ásperas que no olvidan
pero callan, severas, lo que saben,
el viento deja un silencio de lágrimas
por vidas como la nuestra, perdidas.
«Concesión perpetua», la tierra
siempre dura, hileras de cipreses:
provinciano teatro de la muerte.
Nuestro amor es como el que ellos perdieron.
Ya es de noche. Mira, desde la cumbre
de la colina de los muertos, bajo el cielo negro,
las luces de la ciudad:
un navío anclado en el firmamento
que está esperándonos para zarpar.