Nasceu. Viveu feliz. Sorveu a vida
de um só e belo trago adolescente.
Buscou a solidão, e se viu frente
a uma atroz, inesperada ferida.
Em desvario, deu para crer em tudo.
“Oh sensatez de não se crer em nada!”,
disse, e depois a alma, entusiasmada
quis sentir a vida de um outro modo.
Farto de falar a um Deus que cala
(oh perigoso coração cansado,
que dá à tua fé uma bengala),
na esperança de outra luz morria.
“Como tarda chegar o novo dia!”,
disse, e passou a dormir do outro lado.
Vida
Nació. Vivió feliz. Sorbió la vida
de un solo y bello trago adolescente.
Buscó su soledad, y hallóse enfrente
de una terrible, inesperada herida.
Dio en la locura de creer en todo.
“¡Oh sensatez de no creer en nada!”,
dijo, y después el alma, ilusionada,
quiso sentir la vida de otro modo.
Harto de hablarle a un Dios sordo a su ruego
(¡oh peligroso corazón cansado,
que le das a tu fe palos de ciego!),
en la esperanza de otra luz moría.
“¡Cuanto tarda en llegar el nuevo día!”,
dijo, y se echó a dormir del otro lado.