Meu pai dorme. Seu semblante augusto
exprime um tranquilo coração;
está agora tão doce…
se há algo nele de amargo, serei eu.
Há solidão no lar; se reza;
e não há notícias das crianças hoje.
Meu pai desperta, ausculta
a fuga para o Egito, o último adeus.
Está agora tão perto;
se há algo nele de ausente, serei eu.
e minha mãe passeia entre os pomares,
saboreando um sabor já sem sabor.
Está agora tão suave,
tão alada, tão fugidia, tão amorosa.
Há solidão no lar sem algazarra,
sem novidades, sem o verde, sem infância.
E se há algo partido nesta tarde,
e que encolhe e que range,
são dois velhos caminhos brancos, curvos.
Por eles, caminha a pé meu coração.
Trad.: Nelson Santander
Los pasos lejanos
Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce…
si hay algo en él de amargo, seré yo.
Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.
Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.
Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.