Aprendeste o gesto com os anos.
Encontras o vizinho, vos cumprimentais,
lado a lado, dois velhos na calçada
cada um fechando a própria porta.
As casas. E a convenção generosa
de algumas palavras na rua.
Para além, já nada mais resta
que esta paixão final, a calma
solitária e feroz das recordações
sob um pedaço de azul nítido como um cálculo.
Em seu quintal, cada qual
se transforma em uma porta.
Abre-se pela manhã. Fecha-se ao cair da noite.
Trad.: Nelson Santander
Saludarse
Has aprendido el gesto con los años.
Te encuentras al vecino, os saludáis,
uno al lado del otro, dos viejos en la acera
cerrando cada uno su portal.
Las casas. Y el convenio generoso
de unas palabras en la calle.
Más allá ya no queda nada más
que esta pasión final, la calma
solitaria y feroz de los recuerdos
bajo un trozo de azul nítido como un cálculo.
En su patio trasero, cada uno
convirtiéndose en puerta.
Se abre por la mañana. Se cierra al caer la noche.