Mira-o antes de ir-te
e dize-lhe adeus: ele foi
preso outras vezes
sem jamais se render.
Contempla-o, amarrado
no pátio nevado:
a corrente lhe roça
o pescoço, já sem pelos,
do qual pendem ainda
cordas gastas,
as que outrora ele partiu
em outros cativeiros.
Ele dorme quase
o tempo todo.
Tem manchas escuras
como de quando cai
o reboco de uma parede.
Infestado de pulgas,
na rosada língua
que pende avidamente
há pretas estrias
deixadas pela idade.
A pelagem do ventre,
das patas e da cauda
foi endurecida por uma lama
de terra e excrementos.
Penduram-se nele uma par de
folhas amarelas e secas,
caídas de alguma bananeira:
como dois crisântemos
de seu outono que, tristes,
compreensivos, o adornam.
Hoje, antes de partir, tu
soltaste a coleira.
A coleira caiu
— uma serpente negra —
sobre a neve gelada.
Mas já não se move.
O lobo permanece
imóvel, silencioso,
no pátio em silêncio.
Trad.: Nelson Santander
TU LOBO
Míralo antes de irte
y dile adiós: estuvo
amarrado otras veces
sin rendirse jamás.
Contémplalo, sujeto
en el patio nevado:
la cadena le roza
el cuello ya sin pelo
del que cuelgan aún
cuerdas deshilachadas,
las que antaño rompió
en otros cautiverios.
Yace medio dormido
a casi todas horas.
Tiene manchas oscuras
como cuando se cae
el estuco de un muro.
Infestado de pulgas,
en la rosada lengua
que le cuelga con ansia
se ven rayas negruzcas
dejadas por la edad.
El pelaje del vientre,
las patas y la cola,
lo ha endurecido un barro
de tierra y excrementos.
Le cuelgan un par de hojas
amarillas y secas,
caídas de algún plátano:
como dos crisantemos
de su otoño que, tristes,
comprensivos, le adornan.
Hoy, tú, antes de irte,
le has abierto el candado.
La cadena ha caído
—una serpiente negra—
sobre la nieve helada.
Pero ya no se mueve.
El lobo se ha quedado
inmóvil, silencioso,
en el patio en silencio.
[…] Teu lobo […]
CurtirCurtir